lunes, 23 de septiembre de 2024

DERRIBOS ARIAS. "En la guía, en el listín" (1983)

 


Sin duda que Derribos Arias fue una de las voces más atractivas, sugerentes, rupturistas, dentro de ese cajón desastre que fue La Movida, tan repleto de ñoñerías y también hay que decirlo, de buenas bandas como Derribos Arias, comandada por ese espíritu orate llamado Poch. 

Y es que si escuchas "Europa" y ese post punk de ultratumba te das cuenta de la capacidad que tenían de romper estructuras establecidas, de navegar por indómitos mares donde la normalidad estaba prohibida. A ver quien tenía el coraje en aquella época de hacer cosas como "Crematorio" y sus ritmos rotos, mientras Poch se desgañitaba en ese fantasmal baile en que eternamente pululaba su cerebro. 

"La chica de Brasil" pudiera pasar por un hit, si eso tuviera sentido con Derribos Arias, porque su música te noquea, te deja sin palabras, por esa inclinación natural que tenían a la subversión. La que titula el disco (el único que sacaron) es otra bomba sónica cargada de amoniaco y sedición, otra corriente convulsiva de radiación cargada de sugerencias.

La versión que hacen de la Velvet, de "Lonesome Cowboy Bill" ("Pobre Cowboy Bill") es brutal, y sus boutades electrónicas como "Lo que hay" casan a la perfección en el ideario de un grupo afincado siempre en los márgenes. Para el recuerdo temas como "Aprenda alemán en 7 días", y esa burrada casi punk llamada "Íntima decoración". 

Irónicos en "Misiles hacia Cuba", y proyectando siempre su universo tan particular en la canción que da nombre al grupo, Derribos Arias pasó a la historia como una de las rara avis más prodigiosa, divertidas y efectiva de nuestra historia musical. Porque en La Movida, había más cosas  (Decima Victima, PVP, La Broma de Satan, Polanski y el Ardor....) que la bruja avería luego fangosa fangoria. 


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