Los conocí en el lejano 2002, cuando sacaron el apabullante "To everybody", un desbordante maremoto de sonidos acariciadores, post rock con corazón, turbulencias de un rock por hacer, dotado de una amplia gamas de tonalidades, de suspiros y contradicciones.
Para este "Panda park" la banda de Missouri, dejó de lado las guitarras y se confiaron a un maremoto de teclados, de sinfonismo bien concebido. La jugada les salió bien. "Even time ghost can't stop wagner" parece salir del espectro de un Jeff Buckley preocupado por una nación de flautas y torrentes salvíficos.
Es una pena que con este "Panda park" sellaran una carrera que comenzó en 1996. El disco se pasa volando; 35 minutos que se derriten en una vaho. "When your luch runs out" es enigmática, setentera, como los seis minutos de "Chronological disorder", donde se desatan en una ópera bufa de órganos y voces estrelladas.
Mi favorita es "Too late or too dead", donde el piano de nuevo coge carrerilla, se estremece y continua su camino por la senda de la grandilocuencia. "Silver and snow" es un homenaje rendido a Bowie. No lo pueden esconder. Y "Night birds" el epílogo, la más extraña del lote, en una pirueta de labios en desorden de besos, de extrañeza y pudor.
90 day men, uno de esos grupos que hay que recuperar, que ya se ha perdido para siempre entre andanadas de cds de bandas que algún día aportaron algo más que el saberse efímeros.
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