Desde la minimal y casi obsesiva lírica de "Hibari" con sus 9 minutos lineales e hipnóticos, hasta la extravagante "Composition 0919", incomoda y extraña, pasando por el clasicismo romántico de "Put your hands up" o "Mizuno naka no bagatalle", todo en "Playing the piano" es para bajar las persianas, correr las cortinas, hacerte un té calentito y mirar en tus entrañas en busca de la flor de lis desconocida que con tanto ahinco gastaste fuerza en su busqueda ayer, cuando el ayer ha pasado hace tanto tiempo.
La maestria del ex-YMO es incuestionable cuando suenan los acordes de "Tango" y te sumerges en una cienaga dulce, de esas que no hacen daño, oscura pero interiormente agitada, con esporas que te llaman y envuelven mientras la lluvia trae terrones de tierra de la otra parte de planeta. "Amore" es otra pieza que te deja sin aliento, desarma al más recio, inmenso vaho que se deshace en truenos de mentira.
Y como no reseñar esas dos magnificas interpretaciones de sus dos casi más famosos temas para películas: "The last emperor" y "Merry Christmas Mr. Lawrence" donde el climax creado es para escalar nubes con aristas de besos, para creer en el poder redentor de la música.
El segundo cd es otra obra vital, de naturaleza desbocada. "Bolerish", "Parolibre", "1919", o "Tibetan dance", son definitivos, claros, ramas abiertas al aliento que se desborda, piano claro y hablador, meláncolico y amigo, caricias por doquier para tendernos en la nieve y dejadnos ir, tranquilos, hacia ocasos fructicferos de felicidad. Para gozar con quienes mas quieres la escucha de este portento musical.
2 comentarios:
Toca más silencios que notas, su música te transporta, sin necesidad de cinturón de seguridad. Sakamoto es un lujo.
Buena definición Javier de este samurai del silencio. Saludos
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