Un disco de Deerhoof nunca te defraudará. La banda liderada por la nipona Satomi Matsuzaki (bajo,voz) Greg Saunier, John Dieterich y Ed Rodriguez, (este ultimo de nueva incorporación) siempre se ha sabido mover a la perfección entre el ruido y la melodía, entre los avispones de energia y el clamor aromático de una bandada de rosas desplegadas en el jardín por la dulzura de Satomi.
Los de San Francisco, muy colegas de Sonic Youth, han sabido gangrearse una merecida fama de hacedores de una extrañas melodías que supuran atracción, que te atrapan y te hacen pedir más.
Y es que en "Offend Maggie" tiene de todo cabida. Por eso me seducen desde el inicio con "The Tears and Music of love", con sus juguetones galimatias vocal en medio de un rítmico combate eléctrico. "Chandelier searchlight" es un juego divertino, naif, abstracto, para sorber a tragos sin desperdiciar ni una gota de ese pop desquiciado y amoral.
"Buck and Judy" es catarsis setentera, ramalazos de psicosis dulcemente apadrinada por una melosidad que te sumerge en laberintos repletos de sombras imposibles de pillar. El cuento sigue con la que titula el cd, reptante, dura, noise blando.
Todo lo hacen bien Deerhoof. Por eso es una gozada enfrentarme a una critida de su obra. Las palabras salen solas, se sublevan por la eclosión de clímax que hacen tejer en su cruzada contra la apatía. "Family others" es de las dificiles, como ver a King Crimson danzar sobre un tatami de puas de amor.
Solo me queda pedir desde aquí que os dejeis mecer los sesos con cosas tan sónicas como "Fresh Born". Vuestra salud neuronal va en ello.
1 comentario:
Suenan muy bien, Carlos.
Un abrazo.
Publicar un comentario