jueves, 8 de agosto de 2019

RAFAEL BERRIO. "Niño futuro" (2019)


Conocí a Rafael Berrio cuando me topé con ese vendaval sónico que fue "Paradoja" (2015). Él ya llevaba desde los 80 dando guerra en su Euskadi natal. Amor a traición y Deriva fueron sus grupos para luego ya comenzar en solitario su carrera con "1971" (2010).

¿Qué decir de este "Niño futuro" sin que se te sequen las palabras buscando adjetivos para definir los sentimientos que genera su escucha? Aquí no hay la vorágine ruidosa de "Paradoja", pero se mantiene la poesía, del que sin duda es el mejor letrista que tenemos por estos lares.

Berrio, el aciago demiurgo que compone y nos llena de niebla para seducirnos entre siseos y alguna sonrisa perdida. Comparto con él su gusto por ese gran filósofo que fue Cioran. En una etapa de mi vida, cuando fue necesario como la sierpe cambiar la piel para empezar a volver a transitar por los arrabales de la edad, los libros del rumano errante acompañaban mis soledades, llenándolas de luces y cinismo.

"Niño futuro" es arte, son palabras que no se las lleva el viento, es un verso que cada vez que se recita nos quiere decir una cosa distinta. "Dadme la vida que amo" es la primera bandera que ondea sobre el atril de la música que no se acaba. Berrio, más Lou Reed que nunca, se seca la garganta mientras le escuchas y acudes a las letras del disco para seguir su paso de agrimensor de las palabras. Luego viene "Considerando", aun con el aliento formando nubes perennes, amor, amor, y más amor.

En una semana he debido escuchar el disco unas 30 veces. Y lo que más me impacta del asunto es que ansío la 31 como la primera vez. Como no romperte en pedazos con la delicadeza de "Mi álbum de nubes del cielo", un tranvia de sugerencias, un montón de melodía que se te clava y se memoriza en los albas que están por venir.

"Sísifo releva a Sísifo" es pura filosofía, destilado elixir para noches de insomnio que da la voz a "Tu nombre" la más estremecedora del álbum, balada malabarista, todo o nada, grito sin permiso, todo a la vez, junto, para que no olvides. ¿Qué mas se puede decir? "Abolir el alma", basada en escritos de Cioran, pesimismo vital para agarrar al vuelo la levedad de todo y mirar al espejo mientras notas que las arrugas se hacen con el campo de batalla de tu piel.

"El horror" es una de las letras más espectaculares que se ha confeccionado en esta tierra nuestra tan dada a aupar a medianías y a obviar a los artistas con mayúsculas. Berrio nos ha regalado una especie de "Magic and Loss" a su manera,  desgranando toda la sabiduría que atesora en estas 10 pinceladas de sueños.

La más punk del lote, "Niño futuro" una diáspora de un recitado que te enloquece, que en siete minutos te deja exhausto, en un islote sacudido por mistrales azotadores, orate por siempre jamás. Para quitarte esta angustia, llegamos al fin con "El truco era un resorte", sensacional manera para un punto y final que es un ouroboros, que te lleva sin remisión a "Dadme la vida que amo".

"Niño futuro", mi disco del verano, posiblemente el mejor disco del año. Poesía, delicadeza, arte, franqueza, vida...


2 comentarios:

Juanjo Mestre dijo...

Es verdad, la canción que da título al disco deja exhausto. Qué discazo, kamarada. Abrazos.

Carlos dijo...

Sobrecogedor querido Juanjo. Una maravilla que percute en el cerebro sin parar