martes, 6 de agosto de 2019

COLLEEN."Les ondes silencieuses" (2007)


Pulso el play. Suena "This place in time", bajo las persionas para que el sol no arañe la soledad creada por este neoclasicismo de cuerdas que son un filón para quedarte mudo. Esa es la primera sensación que te entra cuando deshojas el que fue el tercer disco de esta artista gala (Cécile Schott es su verdadero nombre).

Ya antes había quedado encandilado bajo su hechizo cuando me hice con "The golden morning break", y este "Les ondes silencieuses" supera todas las expectativas. "Le labyrinthe" es puro barroquismo, y "Sun against my eyes" un tema para tomarte una tormenta a tragos, un bucólico paseo por amaneceres compulsivos.

La espineta, la viola de gamba, el clarinete, suenan apalabrados hablando sobre la tranquilidad de las aguas del mar,  buscanco con los ojos la aparición casual de una cola de sirena, el tridente de Poseidón o simplemente la sonrisa de un delfín. La canción que titula el cd podría hablar de eso y de más.

La carrera de Colleen siempre fue una amalgama de figuras geométricas del sentir, uso sin especulación de los instrumentos para saborear la dicha de la belleza. "Blue sands" es otra estocada bien certera, minimalismo clásico, cuerdas que golpean el aire, helados fuegos que te dejan sin respiración.

En "Echos and corals" no puedes más que cerrar los ojos y escuchar las campanas que vienen del fondo marino, las almejas tintineantes, los secretos de las ostras mientras guarda en su vientre el hijo fulgor. Las cuerdas vuelan en "Sea of tranquility", te reparten su botín de comfort interior, evanescencia pulcra que te pide más. Y ese más viene con "Past of the long black land" una oda lírica que estremece y duele, un volcán de sentimientos puros. No hay nada más que hablar, solo dejarse llevar....

Para terminar, "Le bateau", aires nipones para poner el fin a un disco que en estos calores estivales te manda un frescor necesario, balsámico, celestial. El mar, siempre el mar......

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