viernes, 31 de enero de 2014

12 TWELVE & YA TE DIGO. "Doppler" (2002)


Dos grupos, dos discos, un titulo. Todo, en uno. Un mismo envoltorio, un mismo artefacto sonoro que lleva el nombre de un matemático austriaco, el cual descubrió el efecto que lleva su nombre, y que se define como la variación aparente de la longitud de onda de la luz o del sonido causada por el movimiento.

Ese concepto lo llevan a su terreno estas dos bandas, militantes en el post-rok y en el noise, que reproducen con seriedad la elucubración del teórico de las matemáticas. 12twelve (aún lejos de las gozadas especulaciones casi jazzisticas de sus obras cumbres "L'Univers" o "Spetiismo"), con seis canciones en la mochila, recrea ambientes instrumentales, donde la catarsis se intuye en largar minutadas que empiezan con "Scope" (canción que iba destinada a un lp que nunca se hizo dedicado a David Lynch) y que tienen cimas tan extremas como "James P." donde el ánima de Mogwai se pasea por ese teatro de banalidades sonoras que te sumergen en un viento oscuro de electricidad.

Quizás no halla habido por aki nadie como 12twelve para definir el post-rock como género aun vivo, en constante metamorfosis, sin perder los patrones de divagación del estilo. Post-rock que se ve sometido a una cirugía embriagadora cuando suena "Reaction de Maillard", (la mejor del disco), donde la batería comprende a la perfección la necesidad de fecundar espacios sonoros para hallar rincones de soledad.

"Amabi" contiene esas perfectas subidas y bajadas, con lirios que se deshojan con dinamita, que hace que la intensidad sea la mejor definición a esta batalla de surcos sónicos. Los 10 minutos de "Petite mort" valen para confirmar lo que más tarde la banda daría de sí: únicos y envolventes en su propuesta en el panorama ibérico.

Ya te digo también participan con seis tracks, pero sus espejos más cércanos son Sonic Youth y el noise de los 90. "Ausencia" es una vitamina de los jóvenes sónicos, cantada en español pero conservando la pegada, ráfagas de feedback, rótulos en un cielo negro con pepitas de demolición.

Los de Bilbao fabrican con mimo poses creibles, se ralentizan ("Fire exit"), y crean una geografía imponente de volutas de radiación, ("Iceberg"),  haciendo puentes con 12twelve, ,más siempre menos químicos, y si más necesitados de dotar a su música del músculo de unos Yo la tengo, o de las bandas que nos hacían perder el sueño en nuestros preferidos 90.

Se marcan una versión de Neil Young, "Pardon my heart", con aires neopsicodélicos y llegan al climax con "Psychic Love", radiografía de pulsiones aceleradas, vitaminas crudas, calvario para la paz.

Dos discos en uno, dos superbandas, un homenaje a un genio, un buen rato de evasión total.


miércoles, 29 de enero de 2014

THE MONOCHROME SET. "White noise early recordings 1975-1977"


Valga este ep de una de esas bandas seminales del post punk ingles, para recuperarles, para traerlos ante nosotros. The Monocrome Set no tuvieron la suerte de otros coetáneos suyos. Y eso que su propuesta merecía un poco más de atención, un hueco donde ponerlos cerca de los que si tuvieron su parte de pastel, como Joy Division, Echo and the Bunnymen o The Sound.

Formados en Horsney, este disco recoge 7 tracks primerezas donde se puede vislumbrar lo que bastante más tarde hicieron gente como The Divine Comedy o The Smiths, pero con un toque más amateur, radiante y triste a la vez, perfecto surco en el cielo de la boca de la musica british de la época.

En su formación original podemos encontrar al futuro Adam Ant (si el de las hormigas y sus pinturas de indio siempre en guerra) , Bid, Lester Square, John D, Haney y Charlie Taper. Este "White noise...." es la mejor manera (como me ha pasado a mi) para iniciar tu búsqueda de toda la discografía de este sensacional combo.

Siete temas son suficientes para que nos encandilemos. Para disfrutar de cosas tan pueriles como "Inside your heart" con un toque Velvet que da la mano a la que "White noise", bajada de drogas hasta el puerto de la juventud. Si le metes un poco de brío en las guitarras parecen The New Year, la banda de los hermanos Kadane.

También hay sitio en este ep para ramalazos de psicodelia, "We are zarbie", que dejan paso a himnos de baja intensidad, como "I don't know", presionando los botones del punk con pinceles y seda. "Flesh. Trash. Heat" es otra espina clavada en el dorsal del un punk anémico y congelado entre arterias de grises tonalidades.

Recomiendo encarecidamente una revisión de este grupo para disfrutar de esa vieja escena que nos alucinó cuando aun eramos teenagers. "Private dick" y "It's more than just love" ponen el punto final a esta necesaria sucesión de melodías que fueron el preámbulo a todo el movimiento indie de las islas que nos inundaría con pasión en aquellos maravillosos y lejanos años.



lunes, 27 de enero de 2014

FRANCO BATTIATO. "Abrete sésamo" (2013)


Lo reconozco. Llevo escuchando "Un irresistible reclamo" unas veinte veces. Me siento atrapado por su letra, por su piano, por la voz de este sagrado italiano que lleva la tira de años ejerciendo a contracorriente como derviche solitario en busca de la espiritualidad, de la música que tañe cielos que se ven en voz baja mientras las noches se conforman con la oscuridad.

"Abrete sésamo", versión en español del disco que editó en italiano, es un compendio de lo mejor de Battiato, es pura filosofía íntima, pura sabiduría pop con pedazos de nubes límpias de contaminantes irresponsables. El filósofo italiano Manlio Sgalambo firma los textos del disco, y el hombre de la nariz más reconocible del panorama musical mundial pone su sensibilidad para regalarnos posibilidades de ser feliz ("Mi testamento").

En "Cuando era jovén" Franco recuerda los momentos de excesos juveniles, la arritmética del porvenir tirada al azar por un dado marcado para que las sonrisas pinten en nuestros corazones geiseres amables de ferocidad. No paro de ponerme "Abrete Sésamo". Es sinónimo de dicha y de que he hallado el hilo de Ariadna, un lugar común donde ponerme tierno para disfrutar de la belleza de este italo tan especial.

J de Los Planetas y Manu Ferrón son los que se han encargado de adaptar al castellano las letras del insigne músico. El centro de gravedad permanente sigue en su sitio, nadie lo ha tocado. "Estabas conmigo", descansa plácidamente en un continente de electrónica tenue que se arrima un buen golpe de guitarra de fondo. Versos para el paroxismo del alma.

Las teclas de piano de "Pasacalle" da pie a una letanía para que pensemos en la levedad de la vida, en lo finito del existir. Todo aderezado con la singular manera de Battiato de hipnotizarnos con sus ritmos danzarines y juglares.

"El polvo del rebaño" habla de quietud, de apaciguar la fiera que llevamos dentro para gozar de lo efímero. Aquí con un poco de inglés para que después el castellano tome la batuta de esta orquesta que me está causando una enorme festividad en mi tranquilidad. Battiato, inmenso, sumergido en sus libros de la India sagrada, compositor de dinares de amor, de luces de entierros de sombras.

Barroca es "Pliegate junco", barroca y romántica, luminosidad para vencer noches sin sueño. "Traéme la luz" es otra pieza más de este recorrido por las aguas calmadas de un autor que ha forjado su leyenda a base de coser banderas de rocío y luceros con crespones de gorriones.

"Abrete sésamo". La puerta de piedra cede ante la voz que quiere saber. Se ciernen los dramas, se apaga la vela. El silencio, tras la música, el silencio que trae la sábana que arropa los sueños.....


viernes, 24 de enero de 2014

POLARIS. "Music from the adventures for Pete & Pete" (1999)


"Las aventuras de Pete y Pete" fue una serie emitida durante los años 1993 a 1995, que contaba las peripecias de dos hermanos que vivían en un barrio de esos de típicos yankies de gente de bien, donde siempre pasaban raras y donde te podías encontrar a vecinos tan normalitos como a Iggy Pop.

En ese entorno, los chavales van creciendo, conociendo los sinsabores de la adolescencia, pero siempre dentro de un ambiente donde lo surreal ofrece pinceladas para hacer disparar la sinrazón. La banda sonora de la serie estuvo a cargo de este proyecto que se llama Polaris (de sólo un album), donde encontramos gente de Miracle Legion.

Asi que la música que encontramos en este "Music from.." es indiepop para teenage con acné pero siempre con un punto de desparpajo y electricidad, que hace que te puedas imaginar las correrías de estos dos pillos rebeldes.

"Hey Sandy", que fue la cortina musical de la serie es levemente frenética, y con "She is staggering" con su infantil toque naif que expone a las claras lo que bien que estabamos cuando nuestros mayores problemas radicaban en porque no nos miraba esa chica del pupitre de al lado.

Pop estelar es "Waiting for october" y "Saturnine" tiene ese punto indie que en los 90 nos hacía componer cassetes con nuestros hit preferidos. Los dos pelirrojos con el fondo musical de "Everywhere" los podías ubicar en un atardecer despues de un mogollón de trastadas,mirando la llegada del atardecer y pensando nuevas boutades para realizar.

Viajemos pues en el tiempo, buscamos en los baúles nuestros viejos vaqueros, las fotos en blanco y negro coloreadas con rotuladores sin expresión y pongamos a Polaris para pensar, "joder, que viejos nos estamos haciendo".


miércoles, 22 de enero de 2014

THE DIRTBOMBS. "We have you surrounded"" (2008)


Qué ganas tenía de que esta superbanda, The Dirtbombs, apareciese por estos lares. La verdad es que no hay nada mejor para estos fríos invenales que una buena sacudida de garaje, de punk, de soul o de como demonios quieras llamar a esa agitación febril que te hace por momentos recordar viejos tiempos.

The Dirtbombs, la banda de Mick Collins(ex-Gories), es eso y mucho más. Toparse con ellos es como cuando descubrí a Jon Spencer y su blues band. Desfilan ante tí viejos modos de hacer algo que parece que muchos han olvidado: buen rock.

Desde que suena esa bomba de neutrones que se llama "It's no fun untill they seen you cry" no puedes, ni debes soliviantar el movimiento de tus huesos. Y una vez empezado el mogollón, te puedes dejar ir con dos versiones potentes y ostentosas "Sherlock Holmes" de los Sparks y "Fire in the western world" de Dead Moon, dos buenas maneras para entrar a saco en el hormiguero frenético del ritmo.

"Ever lovin'man" es soul punk con punch y sorbos de ácido de venenoso y "Wreck my flow" es una dentellada de garaje con ínfulas de himno desgarrador. Piedra sobre piedra edificando un torrente de estridencias con garantías para perdurar. 

Alan Moore (Watchmen) le echó una mano a Collins para los párrafos de "Leopardman at C&A" y en "La fin du monde" se atreven con el francés, ensayando una pop song brillante y elegante. Y es que se pongan como se pongan, The Dirtbombs, dan siempre en el clavo.

También tienen tiempo para acercarse al noise, al buen ruido, con los ocho minutos de "They have us surrounded", para quitar ceras de oídos impertérritos. Asi pues, The Dirtbombs, te harán sentir mejor, te llamarán a la evasión  y a la fiesta, creando vítores, clamores de sudor y buenas sacudidas de garaje eterno.


lunes, 20 de enero de 2014

COLIN STETSON. "New history warfare vol.3: to see more light" (2013)


Con este tercer trabajo Colin Stetson cierra una trilogía muy especial con el saxo como eje fundamental de toda una filosofía de musicar. Y hablamos de musicar, porque lo que te vas a encontrar cuando te ciernes sobre este disco es un extenuante experimento para comprobar hasta donde puede llegar el ser humano cuando quiere ser uno junto a su instrumento.

Aqui el saxo es un apósito del músico, se palpa el dolor, la falta de aire, los golpes del corazón que salen por el instrumento buscando una simbiosis colosal de dimensiones desconocidas. Colin ha colaborado con gente como Tom Waits, David Byrne o The National entre otros. Trabajos quizás de buen mercenario, que le han dejado tiempo para desestructurar el ruido con unos pulmones que se agitan y trenzan infiernos.

Si el anterior "Judges" fue bueno, este, (con la colaboración vocal de Justin Vernon) y tras unas cuantas escuchas, es un artefacto que va más alla del concepto disco tal como lo conocemos. El creador busca la mística a través de lo extremo, se hace mudo y deja que su instrumento hable por él, teje una telaraña de ruidos que viajan desde la fiebre en espirales de incontención explosiva.

El minuto y medio de "And in truth" hace de introducción a una bella "Hunted", algo asi como shoegazing sin electricidad, patrones rítmicos sincopados y melodiosos, hipnóticos y certeros. Cuando te imaginas a Stetson soplando su saxo bajo, solo puedes pensar en el desgaste ocasionado por el viento de su aire, por el secuestro que ejecuta su arma músical sobre las fuerzas físicas del músico.

De tanto exceso nace el climax que te atrapa y seduce. "High above a grey green sea" es un mar varado de ballenas que gimen y gritan desde las aguas mientras la tormenta se cobra la vida de la tranquilidad. La maraña de "Brute" deja paso en "Among the sef", a un desasosiego febril que se relaja algo cuando te pones "Who the waves are roaring for" como una letanía desde la paz, un veneno dulce para evitar el dolor de los días.

La propuesta de Colin Stetson es necesaria y vital, demoliendo el orden natural de la música como expresión de consumo rápido. Este "New histort..." va contra la historia, contra las listas de fin de año, contra la organización en estilos y marcas a la que estamos acostumbrados. Arte sin comillas y en negrita, como cuervo sobre una nube de papiroflexia, negro sobre blanco, la danza del fin.



viernes, 17 de enero de 2014

THE BAD PLUS. "Made possible" (2012)


No he parado de seguir la pista a este trío norteamericano desde que escuché como se las apañaban versioneando a grupos como Nirvana o Pixies, desde una perspectiva totalmente heterodoxa y siempre con una pegada encomiable.

Ethan Iverson, Reid Anderson y David King, me subyugaron con "These are the vistas" (2003), y la verdad es que el jazz fabricado por los de Minneapolis te deja a la primera de cambio boquiabierto. En este "Made possible" tenemos más fundamentos aun para seguirles, para disfrutar como orates de sus improvisaciones tan inconmensurables.

Y eso que empiezan melosos con la íntima "Pound for pound" una certera, tranquila y melancolía que dejan paso a "Seven minute mind" (minimal y decorativa)  y "Re-elect that", (la batería de David King llevando la batuta) donde se lo pasan pipa en los fogones, rezumando calorías e incontención.

Salvo un homenaje a Paul Motian ("Victoria"), The Bad Plus, han dejado aparcadas las versiones y se han dejado llevar por la marea. Así que todo es festejo y rabia en "Made Possible".Y si escuchas "Sing for a silver dollar", parece que te estas topando con  una banda de rock en estado de resaca, conjunción instrumental que hace trucos de magia con cada compás.

Este octavo disco de la banda no baja el pistón. Es otra excusa más que tienes para adentrarte en el jazz con pantuflas de independientes. Me rindo ante la suavidad nebulosa de "For my eyes only", con sus silencios provocadores, con su maraña de piano, con una tensión etérea que te deja sin aire.

Y luego esta la vacilada swing de "I want to feel good pt.2" un bullicio febril excelso y radiante. Los catorce minutos de "In stitches" ponen la guinda al pastel, con la elegancia que caracteriza al trio, elaboran una balada que acaba siendo un disparo free. La leche los tipos.

Un valor seguro pues The Bad Plus. Nada ha cambiado. Siguen igual, indemnes al paso del tiempo, con suficientes razones argumentales para seguir fiándonos de ellos. Buen jazz. Ojo al video.


miércoles, 15 de enero de 2014

SILVER MOUNT ZION. "He has left us alone but shafts of light sometimes grace the corners of our rooms" (2000)


¿Alguién se acuerda ya del sello canadiense Constellation y lo que supuso como revitalización  del post-rock en su vertiente más épica con pinceladas de clasicismo? Bandas como Godspeed your black emperor!, Do may Say think,Feu Therese o Fly Pan Am, comandaron a últimos de los 90, un escuadrón de ácratas que vivieron al margen de las multinacionales, proclamando con su actitud que había otra forma de sacar adelante proyectos musicales con enjundia.

Efrim Menuck, (también en GYBE, el grupo bandera del sello), fue quien comandó a los Silver Mount Zion, y grabó éste primer disco, como homenaje,según dicen, a su perra fallecida en la gira de los Godspeed. "He has left..." es emocionante y clásico, los violines te dejan llevar ("Broken chords can sing a little") y en "Sit in the middle of three galloping dogs" la coral sinfónica se ve amenazada por una bocanada de viento que hace de la tristeza un slogan para pedir al cielo lágrimas de rocío incierto.

La verdad es que seguí en la época todo lo que salía de Constellation, y los Silver junto a los GYBE, fueron los que más me impactaron con sus coordenadas de revolución enmarcada en un juego musical donde las cuerdas te mecen con apatía en un mar donde los monstruos están representados por una sociedad insaciable que devora todo lo que significa rebelión ("Stumble then rise on some awkward morning").

Todo el cd es un campo de batalla de notas que van y vienen, largar peroratas como los títulos de las canciones, que minan la pasividad de este mundo sin sentido, con fogonazos como "Blown-out joy from heaven 's mercied hole" donde las teclas del piano tejen una cabaña de íntimos segmentos, astilleros donde fabricar bombas de luz, catarsis contenida con arrojo y silencio.

"For Wanda" (el nombre de la perrita fallecida, descanse en paz el divino cánido) es el epílogo a esta suerte de post-rock crucigrama de levedades y misterios sanadores.La comuna canadiense fue todo un aire fresco, un puñetazo de artistas que con proclamas libertarias dispuestos a luchar contra la decadencia del puto Occidente. A recuperar pues en estos tiempos tan necesitados de fusiles de música.


lunes, 13 de enero de 2014

BILLY BRAGG. "Tooth and nail" (2013)


El rojeras de Billy Bragg me gusta. "Tooth and nail" es su última colección de canciones que nadan entre el country, el folk, las melodias bajas de tensión.... Así, con su guitarrilla colgada del hombro, como si llevara una uzi simpática, el inglés siempre ha sabido estar en su sitio.

Bajo la producción de Joe Henry,  y tras cinco años sin saber de sus quehaceres, Bragg nos regala 12 piezas para disfrutar como niños de una tranquila serenata donde desde "January song",con su folk acariciador, te ves inundado por las armas efectivas de este activista tan necesario.

Se acerca al blues de puntillas con "Handyman blues", y "I ain't got no home" es un paseo rural por cualquier pueblecillo inglés de esos alejados de urbes contaminantes y ruidos que sofocan. Todo el disco rezuma tranquilidad, madurez, parsimonia compositiva.

Ese reflejo se ve en pinceladas tan emocionales como "Swallow my pride" como un Springteen de bajos fondos que te engatusa y te da candela. Luego disfrutarás de clásicos imperecederos como "Do unto others" o te dejas cabalgar por delicadezas como "Over you".

Se marchó a USA para fabricar este pequeño sueño de música que mira a los ojos de otras músicas. Se sentó sobre un barril de heno y pensó revoluciones solemnes de un cuarto de hora. Mirando cabizbajo, pensando volutas de gasolina liberadora. Salud camarada.


viernes, 10 de enero de 2014

ANIMAL COLLECTIVE. "Strawberry jam" (2007)


Después del disgusto de la anterior crítica (Vampire Weekend), me doy el gusto de ponerme en un plato un montón de frutas tropicales, caramelos y otras naderías, regadas con un trotón peyote, un poco de ayahuasca, y un montón de torbellino de pop lisérgico.

Animal Collective lo bordó con la edición de este disco, (para muchos el mejor disco del 2007), donde dan rienda suelta a sus locuras más intrincadas, como unos Mercury Rev de primera época salidos de un colegio de chavales con problemas de adaptación.

"Peacebone" nos da una idea de lo que se avecina con la escucha de "Strawberry jam". Ruidos que se comen a las voces, rayos que se someten a la voluntad de la tecnología y una afilada perversión de los cánones de la psicodelia. En "Unsolved mysteries" van de tranquis, pero cuando suena la marcianada de "Chores", con sus voces alocadas,solo queda volar en un tránsito sideral de sustancias bellamente ilícitas.

"Centipede Hz" (2012)  no me convenció mucho. Pero este lp es otra cosa.El griterío de "For reverend green" me tiene loco y "=1" con los teclados amaneciendo catarsis, son dos maneras bien distintas de atrapar el viento, de llamar a los espíritus mediante ese atávico remedio que se llama música, y que se ha utilizado desde el principio de los tiempos para buscar vórtices rallados de dulce insania.

Y hasta su lado más "normal", "Winter wonderland", es una acelerada conjunción de ondas cerebrales que van a su bola por el orbe de la imprudencia. Volvemos pues a los discos del pasado para encontrar nuevas pistas de apaciguamiento del oído. Buen festín pues de setas venenosas este "Strawberry jam". A disfrutar.


miércoles, 8 de enero de 2014

VAMPIRE WEEKEND. "Modern vampires of the city" (2013)


Empieza el año y empieza mi mosqueo. Mosqueo que va en aumento cada vez que escucho a este grupo del que tengo la suerte no haber oido su primer disco. Leí de ellos que eran los nuevos Talking Heads, que fusionaban el rock y el pop con la música africana, y sobre todo, de que eran unos pijos redomaos.

Pues bien, entendiendo ésto ultimo, se puede comprender el porque se le ha dando tanta coba a una vulgar banda yankie que van de transgresores, y se quedan en una pose para tirar a la basura, para enfadarte con cada canción que tengas la mala fortuna de llegar a tus cuencas auditivas.

Si "Obvious bicycle" es pestilente, con su piano de balada, "Unbelievers" (como muchas tracks del disco) suena a Paul Simon. La mentirosamente agitada "Diane young" suena a un falso slogans para subsituir a The Stokes como nuevos paladines de la causa de las huestes independientes. Concepto este, independiente, cada vez más manido y pisoteado, produciéndome alergia cada vez que escucho el eco de un nuevo rompe listas.

Vampire Weekend son asi. Todo supermercado, todo a 100, para que los nuevos yogurines estrenen sus trajes en los locales de modas de lo más in. ¿Alguién me puede decir si oyendo "Don't lie" no cae enfermo de hastío tras una bochornosa sucesión de galimatias sonoro?

"Hannah hunt" es más de lo mismo y "Everlasting arms" es world music de plástico. ¿Algo bueno de este "Modern vampires.."? Si, que ya terminé el suplicio de escucha de este coñazo.


lunes, 6 de enero de 2014

SWELL. "South of the rain and snow" (2007)


Hola 2014. Aquí estamos de nuevo, un año más, un nuevo periodo de tiempo que comenzamos recuperando como no, a uno de esos grupos que en los 90 despuntaron sin hacer ruido, segunda fila de mentira, porque ellos fueron grandes y enarbolaron himnos de esos que quedan para el resto de los tiempos.

"Too many days without thinking" (1997) fue todo un bombazo, de esos discos que me ponía a todas horas. El disco que nos hace comenzar este cuarto año de Discos Pensados, camina por sendas más tranquis pero no menos exquisitas. Oír a Swell, la banda de David Freel, es envolverte en un gusano de seda de catarsis folk, de melodías que se enredan en tu voz, nieve negra o un rocío de sake.

"Kicking all the them ghosts" es el principio de la aventura, tenues dos minutos de baladas para acariciar lunas ingrávidas, solemnes tentaciones de noches rústicas. "Troubles loves you" tiene las esencias del pasado de la banda, pero cambiando la electricidad por vagabundeos líricos en un pop de ensueño.

Seguimos apostando en Discos Pensados por los 90. Todo lo que viene de esa dorada época es para ponerlo en un marco de sensaciones antiguas, ya creídas olvidadas, que con la vuelta a la escucha de cosas como "Saved by summer" te hacen rejuvenecer de golpe.

Decidme que bandas a parte de nuestros adorados Pixies, Pavement, o Dinosaur Jr, podían construir monumentos como "Our aquarium" donde la electricidad aparece a cuanta gotas con lejía de sabiduría juvenil. La acústica de "Good good good" es otra gema más en el collar de las cosas bien hechas.

Y que continuan con la escucha de la emotiva "Tell us all", un torpedo de flotación de cielos, un lucero sin filtraciones ni aguas bajas. Hola 2014, aquí estamos, de nuevo, para seguir pensando discos, para continuar la búsqueda del grial.


viernes, 3 de enero de 2014

Malos tiempos para mirar a los ojos de la gente. In Memoriam.


Los maniquíes ya no se van de fiesta. Los tienen apilados en viejos almacenes que están preparados para la invasión de una cerilla, o para un traspaso definitivo a esa empresa que se llama olvido. La cena recalentada no aguanta la tristeza; el humo de la sopa resquebraja las caras ausentes, tu mirada se pierde cuando el vinilo que  tenías puesto no ha parado de emitir lagrimas vivas sin ton ni son.

Si todo fuera un poco más fácil, haría llamar a Till, el de las travesuras, para que las orquestas puedan invitarnos a tener fe en la eternidad, vana palabras que no casa con enfermedad, que pierde su significado en vagatelas de religiones y solemnes promesas de amores de por vida.

Au revoir Germán. Cuando sonaba "Desconocido" en mis walkman de los 20 años recién cumplidos, creí que con la medicina de la letra de la canción  podía domar el desasosiego que corría por esas venas que siempre iban cargadas de paroxismo, explosivo hasta en el silencio. Me ponía el minuto 1,46 y buscaba al amigo, al abrazo, o quizás una serena mano que pudiera taponar el dolor.

Ya no lo voy hacer más. No miraré jamás a los ojos de la gente como queriendo saber que hay detrás de esas huidizas miradas nacidas para encerrarse en uno mismo para perderse en un laberinto de Minos cualquiera. La vida es un siniestro total.

Nos toca invocar a los santos de un devocionario inexistente, un breviario de sentencias para intentar definir lo que es el vivir. Ayer estuvimos, hoy estamos, mañana, adios, siempre adios. Suenan ahora para el recuerdo las melodias de las viejas canciones. Como si no hubiera pasado nada, como si la muerte se detuviese ante el sonido grabado por un plástico que gira y gira sin parar.

Pero no, la vida es marcial y aunque colecciones moscas de mil colores, aunque las pongas un nombre y las apartes de su trabajo de putrefacción, ellas acabarán disolviendo la carne  al ritmo de un cha cha nervioso. Hoy, como ayer, son malos tiempos para la lírica. Sólo los locos leemos versos y nos creemos que bajo la sombra de una poesía reside la grandeza de los sentimientos que buscan zafarse de la incomoda verdad de lo perecedero.

Se fue cuando la noche era buena. La reclusa daba vueltas por la casa escondida tras la cortina, no deseando ver a su esposo obtuso y difamador. Las canciones son como fantasmas que pueblan la noche para atrapar por momentos el recuerdo que aquella virgen loca nos causó cuando pisabamos juventud insensata.

Lágrimas, lágrimas, lágrimas. Parece que escribiste tu epitafio cuando parecías un Morrisey galaico. Ahora sólo quedan las muestras de agradecimiento. Nadie sabe que la Santa Campaña se paseo por las puertas de ese hospital militar, con sus faroles y sus cantos de penumbra. Buscaban una voz para un coro de ángeles extraviados por siempre de la mano de ese mal Dios. Ellos buscaban una especie de republica de seres seráficos sin monarquía divina ni reglas ortodoxas.

Hasta Siempre.