jueves, 31 de mayo de 2012

THE THERMALS. "The Body, the blood, the machine" (2006)


Me quedé prendados con ellos con "Personal life" (2010). Me flipo como cogen pedazos de punk con orquillas de sentimientos al limite para ejecutar briosas composiciones que me recuerdan (salvando la distancia del tiempo y las formas) a gente tan inolvidable como Mega City Four, los primeros Ned's Atomic Dustin y toda esas bandas que bebieron del biberón de Buzzcoks y The Damneds y se hicieron talluditos punks con orquideas en su chaquetas primorosas de verano incierto.

"The Body, the blood, the machine"  fue el tercer disco de este trio de Portland, que fue todo un petardo en el mercado al por menor del indie inteligente, al casar con bastante gracia el punk con sonidos que parecen desbocados, vomitados de los 90 que toda gente de bien amamos.

Y comenzar con la descarga directa a tu viente de "Here's your future" es toda una sacudida nerviosa que pedalea ritmos, que ahora mismo me tiene jodiéndolo la noche a los abueletes de abajo con mi pie exploited dándole y dándole sin parar. Me encantan cuando paran tipo Pixies y se sueltan un encantamiento como "I might need you to kill", donde trabajan como nadie las arterias primitivas de nuestro corazón.

"A pillar of salt" es otra manera más de producir sudor, con oleadas de vitaminas pop-punk quedón y resuelto. Luego, como saben como nadie subir y bajar, bajar y subir, te regalan una dosis extra de lujuria bailarina en "Returning to the fold" jugando como nadie  mediante agujeros de gusanos espacio temporales de esos que habla la buena ciencia, para llevarnos a algún tugurio de teenagers, con nuestros cigarros de chistes inundando la atmosfera, y nuestros amores perros aullando por las calles, martirizando nuestro vigor juvenil.

Son tres pero suenan como mil. Hutch Harris y su garganta tienen la culpa de este veraneo reconfortable para el ánimo que es la escucha de "The Body, the blood, the machine". "Test Pattern", o "Saint rosa and the shallows"  son otra muestra de los perdigones danzarines de esta insolente y necesaria banda.

Comentar antes del ocaso del artículo que el disco lleva una temática de crítica feroz a los politicos y a la sociedad servil donde los colegas viven, que yo con su permiso, traslado a esta mierda de dirigentes que poco a poco estan acabando con nosotros. Pero eso es otra historia. De momento, me pongo "Back to the sea" y pienso para mis adentros lo bueno que son estos tios.




martes, 29 de mayo de 2012

SHEARWATER. "Animal Joy" (2012)


Estos tipos vienen de Texas y este es su primer disco grabado bajo el tutelaje de Subpop. Las malas lenguas dicen que lo suyo antes de esta producción era el indie con tatujes folk, retales de esto y lo otro para oidos poco o nada exigentes.

Ahora, según dicen, han tirado por la calle de enmedio y han compuesto, también según dicen, una colección de canciones que navegan por el rock dramático apostando por la voz tan singular de Jonathan Meiburg para llevarnos a su terreno sin apenas exigencias para el oyente.

Pues bien, la verdad es que a mí, quitando alguna excepción, no me han engatusado lo suficiente como para caer en sus redes. Y eso que he visto multitud de críticas valorando positivamente su mensajes musical. Vayamos pues a desgranar este disco "animal". Y de animal poco hay en el inicio de "Animal life", tranquila y moderada track con teclados y ambiente de pop de lo más común.

Esperamos pues para escuchar el inicio prometedor de "Breaking the yearlings" que al poco se convierte en más de lo mismo. O sea un quiero y no puedo. "Dread sovereign" es una coctelera de dramatismo que me convece por los pelos y en "You as you were" se les ve la costura de que lo suyo es acercarse a las afueras de los estadios para pillar cacho y asi por alguna rendija servir con pleitesia a los iconos que tu y to sabemos.

Los seis minutos de "Insolence" me parecen los más interesantes de "Animal Joy" por sus constante parones, reflexiones que me recuerdan a los Talk Talk de ultima época y que quiere salvar los muebles de un disco bastante lineal.

"Inmaculate" es rock con algún tono trotón que se queda al fin de la escucha en indefenso sofisma sin gracia ni energia. En fin, una banda que ha pasado sin pena ni gloria por mi escucha semanal de cosas para llevarme al macuto de Discos Pensados. Otra vez será pues.


viernes, 25 de mayo de 2012

ELEVENT DREAM DAY. "Zeroes and ones" (2006)


Que enorme monumento al rock con hechuras es la escucha de "Zeroes and ones", décimo disco de la carrera de esta banda de Chicago comandada por Rick Rizzo y Janet Beveridge que llevan desde mediados de los 80 electrificando melodías, hermanados con Yo la tengo, pero con un punto más bronca, aspirantes a pajes elegantes de  Neil Young, indies del no-indie, roqueros febriles y también románticos.

A sus espaldas discos tan imprescindibles como "Beet" (1989) o "Praire school freakout" (1988) verdaderos hitos en eso de la emoción al límite con coronas de espinas en cada engranaje guitarrero, en cada toque a arrebato.

"Dissolution" es el rayo que encumbra el cielo con su potente juego de voces en un murmullo de distorsión, gravitando salvaje por marañas levemente psicodélicas. "Insincire inspiration" consigue ponerme cardiaco con su ritmica a borbotones, rock a pedales de leyes no escritas donde Janet pone la dulzura y Rizzo su corazón salteador de cuerdas.

Hay que tener bemoles para conseguir un sonido tan pulcro y a la vez devastador, construir himnos como "For Martha" repleto de ternura y de toboganes declamatorios de pasión inflamable.  "Lately i've been thinking" es vehemencia a borbotones, carta blanca para disparar a quema ropa toneladas de veneno descompuesto, sin coartadas para la rendición.

Tantos años en la brecha y siguen siendo los mismo que descubri con "Beet". Rock sin fisuras, tambores de energia que en "Lost in the city" te transporta a mundos oníricos perdidos en una catarsis continua de frenesi amable y devastador. Joya, joder, una joya este temazo.

Los medios tiempos tambien son cañonazos, "Return of long shadow" es vajilla rota en labios de angeles rotos. Mano a mano para componer elixires contra la ñoñez, riadas de turba en una encrucijada preparadas para soñadores sin paracaidas. Qué potencia que desplegan en "From k to z" con sus cirros de fuego, con su batalla de escombros.

Recomiendo pues la escucha repetida de este pedazo de album, con maxima potencia si es posible, a la vez que recuperas tus cds de Young Fresh Fellows, The Feelies, The New Year y toda la legión de bandas que hacen del rock un enjambre peligroso con cariño.




martes, 22 de mayo de 2012

THE DANSE SOCIETY. "Heaven is waiting" (1984)


Nunca fui en mis tiempos jovenes un seguidor de lo que se llamó movimiento gótico. Me causaban bastante hilaridad cuando los veia con esas pintas "siniestras" ( lo encomillo porque lo siniestro es otra cosa),  sus botas de acero y sus tumbitas haciendo de collares perversos. Un moda más, una forma más de tener al personal entretenido, ya sabeis, tribus, marketing, y si acaso, al final, algo de música.

Aun asi he sido y seré un fiel seguidor de The Cure, Joy Division, o Killing Joke que los oscuros tomaron como suyo. The Danse Society nacieron en Yorksire a principios de los 80, y este "Heaven is waiting" fue el legado más representativo de su carrera. En su dia me engatusaron, ahora, después de un mogollón de años, no consigo más que engacharme a dos o tres temas del cd.

Lo mio siempre ha sido las guitarras y el peligro, y  The Danse Society tiran más por el rollo teclados, épica sin llegar al estruendo, salpicando los temas con alguna letania interesante, pero haciéndome un poco pesado la escucha todal de "Heaven is waiting".

PIL, A Certain Ratio o Cabaret Voltaire me parecen más frenéticos, iradian todavia despues de tantisimos años un lava espectral de desolación que The Danse Society no poseen. Me quedo pues con "Lizard Man" y sus aires casi sinfónicos,  la casi rara "The Hurt", y la espectral "Valiant to Vile". El resto, se ha quedado en el pozo de los 80.

Los goticos seguirán flipando con la sociedad que danza, yo, despues de unas cuantas escuchas, me he puesto a Joy Division y el fantasma ahorcado de Ian Curtis me ha lanzado extraños mensajes intraducibles que ni Dios entiende. Cuestión de gustos pues.



lunes, 21 de mayo de 2012

PUMUKY. "Plus ultra" (2011)


Oyendo el tercer largo de Pumuky no puedo dejar de hacer una comparación estética y artesanal con el mundo fantástico psicodélico de Mercury Rev, última época. La canción que titula el album es una perfecta introducción para la escucha a mansalva de este interesante combo tinerfeño, donde lo que prima es lo etéreo, la psicodélia de bajo coste, junto a la creación de espacios oníricos donde perderse sin excusa alguna.

"Phoebe", donde los teclados toman el mando de la nave, es una incursión lenta a los orbes siderales, y "Gara" donde se inmescuyen con elegancia en ensamblados ruidosos ágiles, inflamados con guitarras competentes, son dos formas más de hacer que la propuesta de Pumuky sea válida, intuitiva, cargada de gestos para hacer palidecer a las sombras.

El grupo que lidera Jaír Ramirez no esconde sus preferencias por las burbujas de algodón de Cocteau Twins, y han sabido con bastante elegancia quitarse el sambenito de uno grupo más siguiendo la estela de Los Planetas.

Y si te pones "Causa vs efecto" es como si reviviesemos el ideario de Mogwai vaciándose el alma en soflamas eléctricas cargadas de luminosidad. Lo que más me gusta de Pumuky es que huyen de tender puentes a la normalidad. Oyes "Angulo aéreo" y te das de bruces con una recreación shoegazing tensando la cuerda hacia un llamamiento hacia lo celeste, sin adocenamiento.

Migala aparece de puntillas en "La razón encarnada", cuento siseante que como todo "Plus ultra" te lleva de la mano del fragor iluminado. Por tanto una razón más estos Pumuky para confiar en la regeneración musical de nuestra escena independiente.


sábado, 19 de mayo de 2012

TALK TALK. "Spirit of Eden" (1988)


La historia de Talk Talk merece estar en la vitrina de los casos insólitos, de las conversiones necesarias, donde la evolución musical escenifica un quitarse lastre, un querer bucear en pos de una cima donde vislumbrar con garantias soles que aturdan, espacios de hojarasca más alla de la música convencional.

Talk Talk, pasaron de ser uno de los grupos más radiados de los 80, con sus hits FM marca de la casa, a con la publicación de este disco (de indispensable escucha también "The Colour of Spring"(1986) y "Laughing shock" (1991)) provocar la ira de su casa discográfica EMI, apabullados e irritados por la vertiente paisajista, casi experimental de la banda liderada por Mark Hollis. Que les den por saco a los guros fabrica pasta.

Y es que Mark Hollis ya estaban hastiado de perpetuar eso de pasar a la historia como una de las bandas más tarareables de la decada ochentera. Este disco, junto a "The Colour of Spring" marcó el cambio, y fue considerado por muchos como de los primeros trabajos construidos para la marca post-rock. Porque "Spirit of Eden" es una emocionante sinfonía donde el saxo y los teclados convierten en postal toda la frenética actividad musical Hollis, quien con inteligencia gestiona poderosos momentos para elevarse entre algodones y heno invisible.

"The rainbow" es el primer ladrillo en este monumento hacia el infinito de la memoria musical, lleno de cuerdas que van y vienen, de un piano que corea tormentas, de una guitarra expansiva y colosal. "Wealth" te seduce con su climax para soñar pasiones, y "I believe in you" la canción que saco EMI sin el consentimiento del grupo como single, (para descojonarse de estos necios mercantilistas), es una sensacional y bien urdida e inspirada catarsis donde el órgano se mece entre andanadas de susurros de frio que asa.

"Spirit of Eden", es pues una apuesta por romper barreras de parte de un todoterreno artista que decidió romper con su pasado de éxitos para establecerse por siempre en la fábrica de hacedores de sueños ni especulación posible.


miércoles, 16 de mayo de 2012

WHITE DENIM. "Workout holiday" (2008)


Tejanos, un trio básico (guitarra,bajo y batería) que se las arreglaron en 2008 para componer una mugrienta y elaborada coleccion de hits donde desde la fuente del blues y el garaje, disparan andanadas de rock militante en la piedra y la descomposición.Esto pudiera ser una buena introducción para vender a estos tahures depravados.

Josh Block, Steve Terebecki y James Petralli  se encargan de lijar con su voluntad retro el rock desde posiciones abiertamenta provocativas. "Let's talk about it" es un pararayos de energia ritmica, movidita y febril. "Shake shake shake" es garaje punk soplando herzios y mala ostia a raudales.

También hay tiempo para boutades del tipo "Sitting" con piano y ecos setenteros que da paso en "I can tell you" a una taquicardia de esas que ponen en tuburios peligrosos donde mojas el gaznate con ruido de sables de exceso y sudor. White Denim no son la panacea ni vienen a señalar caminos nuevos. Lo suyo son las catapultas de sonidos con presencia en tracks como en "Heart from all of us" de aires psicodélicos habilmente hirvanados.

"All you really have to do" suena funk loco, como una acercamiento al orbe de Jon Spencer sin delicadeza y mucha aristas necesarias. Asi pues lo de White Denim es creible, merecen ser radiados en las fiestas que se aproximan en este ya caluroso verano, porque no hay nada como traer sucios sonidos para sabotear la desmesura limpieza racana que todo lo degrada.


lunes, 14 de mayo de 2012

MODELO DE RESPUESTA POLAR. "Así pasen cinco años" (2012)

En poco más de mediahora se ventilan estos músicos valencianos uno de los estrenos más refrescantes, necesarios y potentes de lo que va el año. Sí, porque este cuarteto que seguro habrán crecido escuchando a los Planetas y porque no a Explosion in the Sky, les ha salido un emotivo experimento sónico en sus siete canciones programadas para levantar ánimos, para subir volumenes, para quitarse de encima la mosca cojonera del aburrimiento creciente por la impávida escena musical de nuestro pais.

Ayuda a esto sobre todo la voz de Borja Mompó que hace de paraguas a la tormenta electrica que desde la inicial "El imposible"  consigue elevar el liston de las emociones, colapsar la calma con petunias eléctricas que despiden olor a tristeza, pero también a esperanza. Soberbio los cambios de ritmos, el mapa de sensaciones que destapan ternura.

"La jaula de oro" es feedback sin reparos ni contención, y "Estados de un salto" es de esos himnos creados como clima perfecto para recogerte en tu caparazón particular y urdir señales de humo que puedan traer algo de razón a los convites del alma. Me gusta su comienzo, como nos lleva Borja de la mano junto a su competente banda al desfiladero donde la tormenta de ruido explota en un mantra colosal de palabras al viento.

Este disco esta preparado para el verano, para llevarlo en tu maleta junto a lo ultimo de Luque, junto a un millón de rosas congeladas preparadas para expandir el olor cuando la sequia queme nuestro silencio. "La guerra y las faltas", planetaria en su inicio, estelar en el medio, para todos los públicos que sentimos al final, escenifica la valentia de Modelo de respuesta polar para concretar referencias que todos conocemos sin caer en más de lo mismo.

"Artificio" me suena a Nueva Vulcano, y "Grazno" es una paisajista postal que nos eriza y cava en la tierra un buen puñado de semillas para que confiemos en que grupos como este aporten algo de imaginación. Falta nos hace. Modelo de Respuesta Polar, un buena respuesta al calor achicharrante de tanto infertil majadero musical.



jueves, 10 de mayo de 2012

SR.CHINARRO. "Ronroneando" (2008)

Por Discos Pensando ya han aparecido criticados "Presidente" (2011), "En ventrílocuo de si mismo" (2003), y "Menos samba" (2012). ¿Porqué será? Si, lo reconozco, una de mis drogas favoritas es abrir la botella de los discos de Luque y embarcarme en una borrachera de esas que hacen época, donde el lirismo se convierte en un choque de copas, donde las historias me hacen enternecer hasta perder el sentido.

Y como no hay 3 sin 4, ahora le toca el turno a "Ronroneando", donde desde la sublime "Los Angeles", uno de los mayores hits de su carrera, no paras de sacudirte las venas con el rocío gracioso y elegante de este tipo tan necesario para la salud neuronal de nuestros gustos musicales. "Los Angeles" es pop que amanece caricias, abrazos en la niebla, cartas marcadas para caerte en trampas ilusas de noches noctámbulas.

"Tímidos" es un alegato para que los que se retuercen en silencio tomen las armas para enarbolar un grito contra la apatía del estado natural de las cosas, y "Los amores reñidos" es una revuelta sobre la forma de componer de la primera época del chinarro, pero con la claridad vocal como testigo de este taumaturgo que ha conseguido que durante estos últimos años, la aparición de una obra chinarra sea un medicamento para la apatia de los intestinos auditivos.

Mola lo cotidiano que se convierte en surreal de "La parra maldita", y la triste letania de "El Gran poder", donde lentamente Luque nos lleva a su huerto para trabajar con él las verduras del sentimiento; con mucho amor floreceran las mustias y verdes calabazas que quieren y añoran la lluvia de un mar de tiernos versos.

Luque, siempre nos queda Luque para romper la monotonía. "San Antonio" es folckore acústico de calles vacias de amor, y "La resistencia"  es un himno para no hincar jamás la rodilla al suelo, para forjar heroes de papel para lanzarlos a la pira que todo lo envuelve en ausencia.

Sr. Chinarro, otra vez en este pequeño islote de discos que se piensen sin ton ni son. Como un gato ronroneando pues sus canciones siempre amable reloj que marca la hora perfecta para confeccionar besos de luces imborrables, imperecederas, calima segura para tempestades de óbito.



martes, 8 de mayo de 2012

LEE RANALDO. "Between the times and the tides" (2012)


Aquí va uno de los discos del año. Seguro. Firmo por él. Y eso que la carrera del jovén sónico está cargada de trabajos donde la experimentación es un todo, y el concepto de canción se iba delegando para la producción de los insuperables Sonic Youth.

Ahora que casi es segura la separación de una de las bandas seminales de los 90, cuyos conciertos perduraran aunque pasen los años, cuyos vinilos tengo galvanizados por la estridencia de mi bailes jovenes locos, nos queda este pedazo de disco que es como una continuación de todo el espiritu de los Moore, Gordon, Shelley y el bueno de Ranaldo.

Apabullado me encuentro pues con este "Between...", que tiene de todo, pero con gusto y  maestria, porque el tipo tiene para dar y tomar en eso de cuestiones estilisticas. "Waiting on a dream" pudiera estar en cualquier trabajo de ultima época de los Sonic. Medio tiempo que se regocija con la guitarra y la voz de Lee, serpenteando gracil hacia las marismas del indie total.

"Off the wall", la mejor del lote, me tiene loco. Melódica hasta la radiación, tierna y a la vez dura, estribillos que quedarán para este verano, ecos de los 90 para fumarnos una pipa de rock intenso y emotivo. Brutal. Una de mis canciones favoritas del año este aun niño y algo bastardo.

"Angles" es rugosa en su comienzo, pero al poco es un bálsamo levemente incendiario, ágilmente melódico, medicina para luchar contra toda la podredumbre musical que nos enerva y mosquea. La semiacustica "Hammer blows" es toda una sorpresa para los que estabamos acostumbrados a la bizarrias sónicas en solitario de este monstruo necesario.

Luego te pones a tope en tu cadena particular de ondas brutales "Fire islands(Phases)", y te das cuenta de todo lo que tienen que aprender esas hordas indies que con más pose que soltura nos descargan su tedio sin ton ni son. Escucho "The lost" y con nostalgia y cariño se me viene a la mente Dinosaur Jr. ¿Qué más se puede pedir?

"Between the times and the tides" es una monumental obra que a los que vivimos los 90 intensamente y teniamos a los Sonic Youth como paradigma de la energia necesaria para representar nuestras vivencias juveniles, nos trae con necesidad a un músico que perpetua con elegancia y a su manera el espiritu de su grupo, desarrollando sus personales ideas sobre la evolución necesaria del noise hacia la canción, con una destreza que solo los magos del invento tienen posibilidad de desarrollar. Me quito pues la chistera y dejo a los conejos del noise correr por el campo de amapolas torcidas.


domingo, 6 de mayo de 2012

RED. "Nothin' to celebrate" (2005)


Si después de escuchar este disco, os digo que detrás de Red se encuentra el francés Olivier Lambin, ¿me creríais? Pues bien, a mi me ha costado bastante asimilarlo porque tras bastantes audiciones de "Nothin' to celebrate", lo que me viene a la mente es Bonnie Prince Billy, Smog, Tom Waits, Johnny Cash y demás perturbadores de la tragedia vestida con arlequines country y de folk rural.

Las venas de este cuerpo llamado "Nothin' to celebrate" transpiran sonidos americanos, tristezas aridas, con la voz de Olivier tenor de mil historias aupado por una banda competente que realiza a la perfección su labor de hallar un espacio en la isla de los autores sumergidos en el ácido del rock con tintes a clasicismo de poblaciónes desiertas.

El hombre de la camisa roja me ha emocionado desde "My ware is trarting now", grave, insolente, acústico y potente, con carácter country via Will Oldham. "The hunter" suena a Waits pausado y con algún guiño a la electrónica, y "On the freeway" es puro vacile para tomarte unas pintas sin prisa ni pausa.

"Putretying corp song" es un bello galimatias de banjo y whisky, rock de caverna sin grasa pero con pegada de sobra. Como "A gun", puro torbellino total, coros brillantes en una composición que joder, te deja bien, bien.

También hay sitio para momentos más relajados, como "In my secret life", pero me siguo quedando con los pequeños torbellinos como "Turtle iron shell", donde el galo muestra a las claras que los nombres mencionados al principio no van de broma. Este tipo es un auntentico cantor con cuerdas vocales de cactus, y con suficiente energia para recordarle. Os paso la bola y me contais.




jueves, 3 de mayo de 2012

SHUGO TOKUMARU. "Port entropy" (2011)


Ya la portada de este trabajo de este geniecillo japones nos pone en el camino de lo que vamos a encontrar en este "Port entropy". Canciones infantiles dibujadas con tinta de voces en un bosque de tinta imborrable, caricias de niño.

Sombras chinescas mientras el arbol abre la boca y la infancia sale de la chistera en forma de pop infantil, cariñoso, tierno, de dibujos animados. "Trackink elevator" es eso y mucho mas, con sus ruidillo inocentes, con el banjo florido esparciendo pétalos de pestañas cariñosas.

Shugo Tokumaru ha sabido transmirtir en este album sus visión personal sobre los juegos de infancia. A veces con el piano como fiel acompañante, "Linne", otras llamando a todos los duendes del bosque para celebrar una orgia de globos de colores, "Lahaha", y en cosas tan sencillas y maravillosas como "Rum hee" recordándonos al mundo frio de Mum pero desde una perspectiva naif, surreal.

"Laminate" es puro Beatles de guaderia de 3 años y "River low" servirá para contar a mi pequeñajo cuentos de hadas dormidas en pieles de osos, fábulas de mieles milagrosas, cerros mágicos donde el unicornio toca la guitarra electrica o donde la bella durmiente esta hasta el gorro de tanto sueño pesado, y espera con ansia la llegada de un beso salvador que venza el encantamiento.

Tokumaru lo ha conseguido. En un buen rato viajamos en el tiempo y sentimos el frescor de la tarde junto a cuentos inmortales, musicados con encantamiento por este orfebre nipón.Delicioso.